Me dio ganas de ver a mi abuela
Estos días hemos estado bastante enfermos en casa….todos. Manuel y yo nos pusimos los sombreros de pacientes, doctores, enfermeros, farmacéuticos, consejeros, amigos, cocineros y nos amanecimos para chequear a los nenes, darles las medicinas y acurrucarnos con ellos. Terminamos extenuados de intentar ‘normalidad’ cuando también estábamos enfermos hasta más no poder. Esto es lo normal en la vida de los padres, ¿verdad?. Lo mejor es ver que ya los nenes están mejor, jugando y alborotados. Ahí ya uno sabe que todo está volviendo a la normalidad luego de dos semanas en éstas y con el clima nublado, frío y ventoso que no ayudó para nada. Aunque fuimos los primeros en enfermarnos, somos los últimos en recuperarnos porque los nenes nos ganaron.
Durante esta semana he hecho dos sopas porque ¡que rico es comer sopa cuando uno está enfermo! Es que esos líquidos y vapores mejoran el ánimo y uno recobra fuerzas, aunque sea por unas horas.
Siempre que hago la sopa de vegetales me recuerdo de Abuela Lan que hacía unas sopas de pollo con vegetales y fideos riquísimas. Me encantaba que la hiciera y siempre que iba allá le preguntaba si tenía sopa hecha. Si mami iba a visitarla sin mí, abuela me mandaba sopita en un recipiente de mantequilla. ¡Hummm! Le echaba pollito, calabaza, papas, mazorcas picadas, cebollas y qué se yo que más. Era perfecta. En ese sabor me inspiro cuando hago la mía.
Ya abuela no está, se fue a descansar con el Señor hace un poco más de dos años. Pero hoy mientras hacía granola en la cocina, me dio esa sensación de cuando vivía en casa todavía y mami me decía que la acompañara a casa de abuela. A mí me gustaba ir, sobre todo en las mañanas. Qué se yo, era chévere. Allí estaba mi abuelo con su sombrerito azul y pantalones cortos leyendo el periódico en la salita con esa manera peculiar que tenía de doblar El Vocero y decía “wooop” cuando veía que llegábamos. También nos decía: “llegaron los americanos” porque mis hermanos y yo somos más blancos que la leche y con ojos claros…como él. Nada que ver con ser americanos de verdad, somos bien criollos puertorriqueños de pura cepa…frutos de esa mezcla de raza de los puertorriqueños.
Luego más allá salía mi abuela a recibirnos con su ‘mumu’ tradicional y de ahí no sabíamos más de mi abuelo porque ella se encargaba de hablar por ella y por mi abuelo y, si la dejábamos, por nosotros también. Abuela era habladora y abuelo calladito. ¿Habrá sido siempre así o ya al final el dejó que ella dijera todo? ¡Ja, ja!
Me dio melancolía pensar en estos recuerdos, pero me da una gran satisfacción el poder decir que disfruté de mis abuelos y tengo recuerdos bien bonitos de ellos y muchos más que son graciosos y ocurrentes. Ellos me dejaron saber cómo se vivía en sus tiempos y en sus pueblos. Mi abuela era de Trujillo Alto de esa gente de campo que tenía muchos hermanos, tierras, ganados y tomaba leche recién ordeñada en la mañana. Mi abuelo era de Vieques y con él pasamos veranos inolvidables allá en su casa de vacaciones en Esperanza . Ese pueblo de playas preciosas y con tanta historia política. Una vez mi hermano y yo nos sentamos a preguntarle a mi abuela sobre su niñez y la grabamos en cassette. Tenemos que buscar esa grabación para escucharla.
No me puedo quejar de mi niñez y de mis abuelos. Lo más que me gusta es que siempre pude ver la fe de mis abuelos en Jesús y eso me da seguridad… Seguridad de que las oraciones constantes de mi abuela por mí y por nosotros hizo que en un momento de mi adolescencia yo decidiera seguir al Señor. Seguridad de que esta fe nos unirá un día y podré verlos otra vez, y esta vez será para siempre. ¡Las cenas de allá serán aún mejor que sus sopitas!
¿Qué historias tienes de tus abuelos? Todavía tengo muchas historias de mis abuelos por contar y de Abuela Chefa, mi otra abuela, y de su riquísimo tembleque.
¡Me llegó el llavero! y sorteo
¡Miren que bonito Atelier Capellá diseñó este llavero exclusivamente para Estilo Familiar! Me encanta el detalle del corazón en lata y la combinación de colores. ¿Sabrá que mi color favorito es el marrón? Parece que no lo disimulo.
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¡Mucha suerte!
Hacer la compra para ahorrar Parte 2
Esta publicación es parte de una serie de artículos. Te aconsejo que leas: ¿Cómo sobrevivo con un solo sueldo?, Cómo planificar tu menú semanal y ahorrar y Hacer la compra para ahorrar para que tengas todos los datos necesarios a la hora de implementar lo que te aconsejo aquí.
En el artículo pasado cubrí los siguientes principios:
- No comprar por impulso.
- Tener en mente el menú semanal que seleccionaste.
- Comparar los precios de las tiendas que frecuentas.
Hoy les hablaré sobre el principio #4: Hacer una guía de precios.
Es importante sacarle provecho al tiempo que inverstiste comparando los precios de las tiendas que frecuentas, que fue el pricipio #3. Cuando lo hiciste, comparaste el precio por onzas, por libras o por artículo y determinaste cuál tienda ofrecía los mejores precios por artículo. Toma esa información y crea tu guía de precios.
Esta será tu guía de los precios máximos que pagarás por producto. El mantener esta guía a mano te servirá para determinar si alguna tienda tiene una mejor oferta en alguno de los productos que acostumbras a comprar, o si las tiendas han subido los precios o si el nuevo empaque de un producto ofrece el mismo precio por onza. Ya no tendrás que pasar este trabajo nuevamente.
Por ejemplo, ya yo sé que el precio máximo al que compro las fresas es a $1.49 la libra o menos. No pago más de 88¢ por una lata de atún Albacore, ni más de 40¢ por la libra de arroz y la avena está a buen precio si la consigo a 43¢ la oz. o menos.
Aquí les comparto mi guía precios. Es una lista parcial porque hay varios productos a los que todavía me falta establecer cuál es el mejor precio al que los puedo conseguir.
Es una buena idea guardar estos datos para que la comparación de precios ya sea una tarea fácil que no te requiera tiempo. Ya sabes dónde comprarás los productos al mejor precio y ahora puedes establecer tu plan para ir de compras. En la guía yo añadí en cual tienda encuentro los mejores precios por producto y así sé dónde buscarlos cuando los necesite.
Los precios cambian y los tamaños de los productos también. Hay que ser listos en cuanto al presupuesto y al uso del dinero en la compra de comida que es un gasto fijo y continuo en nuestros hogares.
La próxima semana les hablaré sobre el quinto principio: Comprar en volumen.
Recuerda participar en el sorteo de Atelier Capellá. No pierdas la oportunidad.
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